Un paseo memorable: subida al Cerro del Caballo

El Cerro del Caballo es el pico de más de tres mil metros de altura más meridional de Europa. Otra particularidad de este pico es que está en el término municipal de Dúrcal.  Subir al Caballo es una excursión clásica pero de gran dificultad por la altitud y dureza del recorrido. Todo un reto para cualquier deportista. A pesar de ello cuando hace dos semanas os enfrentasteis a la tarea de describir vuestro paseo favorito muchos elegisteis este "paseo".

Nuestro compañero Álvaro de quinto ha hecho una bonita redacción en la que nos describe la subida y alguna anécdota de ese día. Espero que os guste.

¡Muchas gracias, Álvaro!

   

1. Sitio al que nos dirigimos: Caminata al Cerro del caballo.

2. Duración: 6 horas con descanso para almorzar de 40 minutos.

3. Sitios por los que pasamos:

Salimos de casa en coche hasta el mirador de la Rinconada de Nigüelas, desde ahí comenzamos a andar, subir por la montaña, unas veces por veredas, otras por mitad del cerro. Todo este trayecto lo hicimos por el límite entre la sierra de Dúrcal y Nigüelas. Una vez arriba de la montaña, subimos al Pico del Caballo donde hay un monolito de hormigón. Las vistas eran muy bonitas, pero la subida muy dura ya que era por piedras lisas que hacían que resbalases.

Cuando bajamos de allí fuimos al refugio del Caballo que está bajando por una vereda. Junto al refugio está la Laguna del Caballo. Almorzamos y al acabar comenzamos el camino de vuelta al coche. Tardamos menos que en subir por ser cuesta abajo, pero también era difícil porque resbalabas. Una vez en el coche, volvimos a casa.

4. Esta excursión me gustó mucho porque la hicimos mi familia y un grupo de amigos. El lugar era muy bonito y había oído hablar de él en muchas ocasiones.

Era un gran reto el llegar arriba ya que yo tenia 7 años y conseguí llegar uno de los primeros del grupo junto a una amiga de mi madre que normalmente hace senderismo. Vi muchos animales : caballos, vacas y cabras monteses. Después de comer en la Laguna los niños vimos una cabra montés ahogada.

Yo era el más pequeño del grupo. Cuando alguien se cansaba mucho, los demás le dábamos ánimos y lo motivábamos.